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MISCELANEA:
Premio Cervantes 1982
LUIS ROSALES
Comentario personal: para el año de 1982 mi amigo pintor y poeta José Miguel Rojas me obsequió LA CASA ENCENDIDA (foto
adjunta del poemario) de este poeta español ejemplar que aún conservo en mi pequeña biblioteca: "exquisito poemario" digno de una y varias lecturas. El carácter intimista de la poética que hace Rosales en este libro es perfecta, digna de un maestro de la palabra. La cadencia y ritmo de las frases que van armoniosamente concatenadas con las imágenes hacen de Rosales toda una escuela de la escritura. Espero que este ejemplar de LA CASA ENCENDIDA lo pueden obtener y leer los que no lo han hecho. PD: reconozco que el resto de su poesía no la he leído.
Poeta y ensayista español
(Granada, 1910– Madrid, 1992)
Descendiente de una familia conservadora de
Granada, se matricula en Filosofía y Letras y en
Derecho en la Universidad de Granada. Más tarde, en
1930, se traslada a Madrid para continuar con los estudios de Filosofía y Letras, que
había abandonado en Granada y obtiene el doctorado.
Surge su vocación poética en torno a Joaquín Amigo y otros componentes de la
revista El Gallo, como García Lorca y Álvarez Cienfuegos. Inicia su actividad literaria en
la revista Los cuatro vientos en 1932 y, más tarde en Madrid, en la revista Cruz y Raya,
dirigida por Pablo Neruda y José Bergamín.
En 1935 aparece su primer libro de poemas, Abril, lo que permite incluirlo en la llamada
generación del 36, en la que coinciden poetas como Miguel Hernández, Leopoldo y
Juan Panero, Luis Felipe Vivanco, Gabriel Celaya, Juan Gil Albert, Dionisio Ridruejo,
entre otros. Por estas fechas, conoce también a César Vallejo, el poeta peruano cuya
obra había de causar honda mella en varios poetas del momento.
Abril es un libro que enlaza con el estilo de la poesía de la generación anterior por su
búsqueda estética y por la importancia de las imágenes, aunque sin pretensiones
vanguardistas. Al igual que en algunos poetas del 27, hay en esta obra de juventud un
gusto por las estrofas clásicas y, en general, por la poesía del Siglo de Oro español, en
concreto Garcilaso y Herrera. No obstante, su principal innovación es la combinación
de la temática amoroso-religiosa.
En el mes de agoto de 1936, a poco de estallar la insurrección militar, es detenido en
su casa, donde se refugiaba el poeta Federico García Lorca. Sus gestiones y la de sus
hermanos no consiguieron impedir el fusilamiento del amigo (pese a que Rosales había
obtenido garantías de respetarlo por parte de las autoridades rebeldes) y le
ocasionaron amenazas, una breve expulsión del partido falangista y una fuerte multa.
En una época de transitorio agotamiento de las vanguardias, Luis Rosales emprende
con Vivanco, José García Nieto y Ridruejo un movimiento de retorno a las formas
clásicas cuya figura emblemática es Garcilaso de la Vega, por lo que también se les
conoce como garcilasistas. Colabora junto con Dionisio Ridruejo, Gonzalo Torrente
Ballester, Pedro Laín Entralgo y Luis Felipe Vivanco en la revista Jerarquía (revista de la
Falange).
Publica, en 1940, en colaboración con Luis Felipe Vivanco, el primer volumen de la
célebre antología Poesía heroica del Imperio, acorde con la ideología oficial de la
época. Aparece, en ese mismo año, su Retablo sacro del nacimiento del Señor e inicia
su actuación como secretario de la revista Escorial, dirigida por Dionisio Ridruejo.
Comienza su labor investigadora en los manuscritos de la Biblioteca Nacional, de la
que surgirán importantes trabajos sobre el Siglo de Oro español, como la Antología
poética de Juan de Tassis, Conde de Villamediana, publicada en 1944, autor al que
dedicará su discurso de ingreso en la Real Academia Española en 1964.
En 1949 se publica La casa encendida, edición ilustrada por José Caballero por la que
recibe el Premio Nacional de Poesía. La casa encendida ha sido considerada por la
crítica su mejor obra. El libro lo fue rehaciendo y ampliando hasta producir una nueva
versión, publicada en 1967. Es un poema-libro sin estrofas donde Rosales entremezcla
lirismo y narración, existencialismo e imaginación, racionalidad e irracionalidad, dando
inicio a una nueva poética personal que incorpora recursos de César Vallejo y de
Antonio Machado. En 1951, se le otorga el Premio Nacional de Literatura por Rimas,
conjunto de poemas cortos donde demuestra su gran versatilidad y dominio técnico.
En 1960 publica, en dos volúmenes y prologado por Ramón Menéndez Pidal, su ensayo
Cervantes y la libertad. Entre 1969 y 1974 aparecen sus libros El contenido del corazón;
una antología sobre la Poesía española del Siglo de Oro; Piensa mal y acertarás;
Segundo Abril, Lírica española; Teoría de la libertad; Canciones y Como el corte hace
sangre. En esos años recibe el Premio Nacional Miguel de Unamuno, el Premio
Nacional de Ensayo y, ya en 1975, el Premio José Lacalle.
Su estudio acerca de La poesía de Pablo Neruda, a cuya concepción del verso tanto
debe él como poeta, aparece en 1978 y, al año siguiente, Diario de una resurrección.
Dirige hasta su desaparición la revista Nueva Estafeta. Anteriormente había dirigido
también la prestigiosa revista Cuadernos Hispanoamericanos.
Recibe el Premio Cervantes en 1982, año en el que publica Un rostro en cada ola,
segunda parte de La carta entera (el primer episodio, La almadraba, data de 1979 y el
tercero, Oigo el silencio universal del miedo de 1984). La editorial Trotta ha publicado
sus obras completas.
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