Pedro Salinas
Vida
Pedro Salinas Serrano (Madrid, 27 de noviembre de 1891 – Boston, 4 de diciembrede 1951) fue un escritor español conocido sobre todo por su poesía y ensayos. Se leadscribe a la generación del 27.Estudió Derecho y Filosofía y Letras. Dedicó su vida a la docencia universitaria, quecomenzó como lector de español en La Sorbona desde 1914 a 1917. Allí se doctoró enLetras y adquirió un gran amor por la obra de Marcel Proust, de cuyo À la recherche dutemps perdu tradujo al castellano los tres primeros volúmenes.Se casó en 1915 con Margarita Bonmatí Botella, de Santa Pola. Salinas le escribiócada día una carta de amor y ese epistolario fue recogido en “Cartas de amor a Margarita”(1912–1915) por su hija Soledad Salinas; también tuvo otro hijo, Jaime Salinas, editor yescritor, que ha ganó el premio Comillas de biografía por su libro “Travesías: Memorias”(1925–1955).En 1918 Salinas consigue una cátedra en la Universidad de Sevilla (donde tuvocomo alumno a Luis Cernuda) y entre 1922 y 1923 enseñó en Cambridge; pasó luego a lade Murcia (1923–1925). En 1925 publicó una versión modernizada del Cantar de Mio Cid.En 1926 pasó a la Universidad de Madrid donde fundará en 1932 la revista Índice Literariopara dar cuenta de las novedades literarias hispánicas. Escribió en la revista “Los CuatroVientos”. Entre 1928 y 1936 fue investigador del Centro de Estudios Históricos, donde seencargó de la sección de literatura moderna.Fue nombrado profesor de la Escuela Central de Idiomas y secretario general de laUniversidad Internacional de Verano de Santander. Allí conoció en el verano de 1932 a unaestudiante norteamericana, Katherine R. Whitmore. Ella es la destinataria de su trilogíapoética “La voz a ti debida”, “Razón de amor” y “Largo lamento”; este romance semantuvo aún cuando Katherine regresó a Estados Unidos para proseguir sus estudios, enforma epistolar; volvió para el curso académico 1934–1935, pero la mujer de Salinas lodescubrió e intentó suicidarse. Ante esto Katherine intentó poner fin a la relación, pero laGuerra Civil y el exilio del vate en Norteamérica, dificultaron estos propósitos; de todasformas, en 1939 Katherine se casó con su colega Brewer Whitmore y, aunque tuvo aúnesporádicas noticias sobre Salinas, la conexión se rompió definitivamente. Se vieron porúltima vez en 1951, y Katherine falleció en 1982; autorizó sin embargo la publicación desu Epistolario con Salinas.Sostuvo una temprana, duradera y gran amistad con Jorge Guillén, de trayectoriamuy parecida a la suya y con quien inició un activo epistolario que también ha sidopublicado. Menos conocida es la amistad que sostuvo con Miguel Hernández.La Guerra Civil Española le sorprendió en Santander como secretario en laUniversidad Internacional de Verano (lo que fue entre 1936 y 1939). Marchó a Américapara enseñar en la universidad de Wellesley College y en la Universidad Johns Hopkins deBaltimore, en Estados Unidos. En el verano de 1943 se trasladó a la Universidad de PuertoRico. En 1946 regresó a su cátedra de la Universidad Johns Hopkins. Falleció en Boston el 4de diciembre de 1951, siendo enterrado sin embargo en San Juan de Puerto Rico.
De este poeta transcribo dos poemas representativos:
¡Si me llamaras, sí;
si me llamaras!
Lo dejaría todo,
todo lo tiraría:
los precios, los catálogos,
el azul del océano en los mapas,
los días y sus noches,
los telegramas viejos
y un amor.
Tú, que no eres mi amor,
¡si me llamaras!
Y aún espero tu voz:
telescopios abajo,
desde la estrella,
por espejos, por túneles,
por los años bisiestos
puede venir. No sé por dónde.
Desde el prodigio, siempre.
Porque si tú me llamas
«¡si me llamaras, sí, si me llamaras!»
será desde un milagro,
incógnito, sin verlo.
Nunca desde los labios que te beso,
nunca
desde la voz que dice: «No te vayas».
(Del poemario: LA VOZ A TI DEBIDA, 1933)
Te busco.
No en tu nombre, si lo dicen,
no en tu imagen, si la pintan.
Detrás, detrás, más allá.
Por detrás de ti te busco.
No en tu espejo, no en tu letra,
ni en tu alma.
Detrás, más allá.
También detrás, más atrás
de mí te busco. No eres
lo que yo siento de ti.
No eres
lo que me está palpitando
con sangre mía en las venas,
sin ser yo.
Detrás, más allá te busco.
Por encontrarte, dejar
de vivir en ti, en mí,
y en los otros.
Vivir ya detrás de todo,
al otro lado de todo
-por encontrarte-
como si fuese morir.
(Del poemario: LA VOZ A TI DEBIDA, 1933)
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