Estando una ocasión en la Soda Guevara (una sodita ubicada frente a la entrada principal de la Universidad de Costa Rica, sodita hoy desaparecida y que, en mis años universitarios frecuentábamos todos aquellos que nos iniciábamos como escritores), se me acercó un amigo y me recomendó ZAMA, del escritor Antonio Di Benedetto. !Una joya! El ritmo lento, pausado, las imágenes, el estilo sin barroquismo de Di Benedetto me conmovieron y desde aquel momento soy su más fiel seguidor y admirador.
Hoy deseo rendir un humilde homenaje a este escritor no tan famoso como los escritores del boom pero, tan grande como cualquiera de ellos. !Ya he comentado en otras oportunidades que LA CRÍTICA LITERARIA DEL BOOM LATINOAMERICANO DESCALIFICÓ INJUSTAMENTE a grandes escritores entre ellos a: MANUEL MUJICA LAÍNEZ, ANTONIO DI BENEDETTO y otros más. Pienso, es hora que la NUEVA CRÍTICA LITERARIA los coloque en un sitial de HONOR como se merecen.
Antonio Di Benedetto nació en Mendoza el 2 de noviembre de 1922. Luego de cursar algunos años de abogacía, se dedicó al periodismo. El gobierno de Francia lo becó para realizar estudios superiores en esa especialidad. Como periodista fue subdirector del diario `Los Andes`, y corresponsal del diario `La Prensa`.
En 1953 publicó su primer libro, Mundo animal, con el que inició su brillante carrera de escritor cuya cima fue la novela Zama, acaso una de las más grandes novelas de la literatura argentina.
Antonio Di Benedetto recibió numerosos premios y distinciones por su labor: el gobierno italiano lo condecoró como caballero de la Orden de mérito en 1969, en 1971 la medalla de oro de Alliance Française, en 1973 fue designado miembro fundador del Club de los XIII, y un año después recibió la Beca Guggenheim.
Di Benedetto ocupa un destacado lugar en la narrativa contemporánea argentina. Para ello lo acreditan su personalísimo estilo, su capacidad de crear personajes vivos, su facultad inventiva, su aguda captación sensorial y su activa intencionalidad poética de remodelador del mundo.
En Zama, alcanzó su culminación el realismo profundo de Di Benedetto, fuerte, cruel, incisivo, supera las apariencias de las cosas y acoge en su seno los productos de la más pura fantasía creadora.
En 1976, pocas horas después del golpe militar del 24 de marzo, Di Benedetto fue secuestrado por el ejército. `Creo que nunca estaré seguro que fui encarcelado por algo que publiqué. Mi sufrimiento hubiese sido menor si alguna vez me hubieran dicho qué exactamente. Pero no lo supe. Esta incertidumbre es la más horrorosa de las torturas`, diría años más tarde. Humillado, golpeado y destrozado anímicamente, fue excarcelado el 4 de septiembre de 1977 y se exilió en Estados Unidos, Francia y España. Regresó definitivamente a la Argentina en 1985. Murió víctima de un derrame cerebral el 10 de octubre de 1986 en Buenos Aires.
En 1953 publicó su primer libro, Mundo animal, con el que inició su brillante carrera de escritor cuya cima fue la novela Zama, acaso una de las más grandes novelas de la literatura argentina.
Antonio Di Benedetto recibió numerosos premios y distinciones por su labor: el gobierno italiano lo condecoró como caballero de la Orden de mérito en 1969, en 1971 la medalla de oro de Alliance Française, en 1973 fue designado miembro fundador del Club de los XIII, y un año después recibió la Beca Guggenheim.
Di Benedetto ocupa un destacado lugar en la narrativa contemporánea argentina. Para ello lo acreditan su personalísimo estilo, su capacidad de crear personajes vivos, su facultad inventiva, su aguda captación sensorial y su activa intencionalidad poética de remodelador del mundo.
En Zama, alcanzó su culminación el realismo profundo de Di Benedetto, fuerte, cruel, incisivo, supera las apariencias de las cosas y acoge en su seno los productos de la más pura fantasía creadora.
En 1976, pocas horas después del golpe militar del 24 de marzo, Di Benedetto fue secuestrado por el ejército. `Creo que nunca estaré seguro que fui encarcelado por algo que publiqué. Mi sufrimiento hubiese sido menor si alguna vez me hubieran dicho qué exactamente. Pero no lo supe. Esta incertidumbre es la más horrorosa de las torturas`, diría años más tarde. Humillado, golpeado y destrozado anímicamente, fue excarcelado el 4 de septiembre de 1977 y se exilió en Estados Unidos, Francia y España. Regresó definitivamente a la Argentina en 1985. Murió víctima de un derrame cerebral el 10 de octubre de 1986 en Buenos Aires.
ZAMA
RESEÑA
Como la mayor parte de los acontecimientos literarios, la aparición de Zama en 1956 pasó prácticamente desapercibida. Algunas reseñas bibliográficas aisladas señalaron sin embargo la calidad del libro. Abelardo Arias diría más tarde, y con razón, que si Antonio Di Benedetto hubiese escrito sus cuentos y novelas en París y no en Mendoza, su ciudad, sería mundialmente famoso, a diferencia de otros escritores latinoamericanos que escriben desde Europa y han alcanzado de ese modo, y quizás por esa razón, gran renombre en las letras continentales pero no mundiales, Zama ocupará algún día ese lugar codiciado. Si los críticos de habla española hablaran de los buenos libros y no de los libros más vendidos y más publicitados, de los libros que trabajan deliberadamente contra su tiempo y no de los que tratan de halagar a toda costa el gusto contemporáneo, Zama hubiese ocupado en las letras de habla española, desde su aparición, el lugar que merece y que ya empieza, de un modo silencioso, lento y férreo, a ocupar: uno de los primeros. Zama es superior a la mayor parte de las novelas que se han escrito en lengua española en los últimos treinta años, pero ninguna buena novela latinoamericana es superior a Zama.
La estructura interna de Zama es aparentemente simple. Es el protagonista mismo quien narra, en primera persona, diez años de su vida, años cruciales en que su decadencia física y moral va poniéndolo, como un río lento y terrible, en la orilla opuesta de la vida.
La estructura interna de Zama es aparentemente simple. Es el protagonista mismo quien narra, en primera persona, diez años de su vida, años cruciales en que su decadencia física y moral va poniéndolo, como un río lento y terrible, en la orilla opuesta de la vida.
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