Wednesday, March 27, 2013
G. K. Chesterton
(1874-1936). Escritor inglés, nacido en Londres en una familia de clase media.
No aprendió a leer hasta después de los ocho años.
Estudió en University College y Slade School of Art (1893-96).
Alrededor de 1893 sufrió una crisis de escepticismo y decepción, para entonces experimentó con la tabla Ouija y quedó fascinado con el demonismo.
En 1895 abandonó la Universidad, sin haber obtenido un título y comenzó a trabajar en Londres para los editores Redway, y T. Fisher Unwin (1896-1902).
La mayor parte de sus trabajos fueron publicados en The Speaker, Daily News, Illustrated London News, Eye Witness, New Witness, y en su propio semanario.
Chesterton renovó su fe cristiana, también el noviazgo con su futura esposa Frances Blogg, con quien se casó en 1901, le ayudó a salir de su crisis espiritual.
En 1900 publicó la primera colección de poemas, bajo el título de Greybeards at play, Robert Browning (1903) y Charles Dickens (1906) fueron biografías literarias. The Napoleon of Notting Hill (1904) fue su primera novela, una fantasía política y en El hombre que fue Jueves (1908) mostró la decadencia de fin de siglo.
En 1909 se trasladó con su esposa a Beaconsfield, un pueblo veinticinco millas al oeste de Londres, y continuó escribiendo y viajando para dar conferencias.
Entre 1913 y 1914 contribuyó regularmente con el Daily Herald.
En 1914 sufrió una depresión física.
Después de la Primera Guerra Mundial se hizo líder del movimiento Distributist y más tarde el Presidente de la Liga Distributist, promoviendo la idea que la propiedad privada debería ser dividida en propiedades lo más pequeñas posible y luego distribuidas a toda la sociedad. En sus escritos también expresó su desconfianza en el gobierno mundial y en la evolución del progreso. Sus puntos de vista eran a menudo rurales, antimodernistas, victorianos.
Fue también un conferencista de radio muy popular, realizó una serie de debates con George Bernard Shaw.
Su hermano menor, Cecil, murió en 1918 y Chesterton editó el New Witness de éste y su propio semanario.
En 1922 se convirtió del anglicanismo al catolicismo romano y a partir de entonces, escribió varios trabajos de orientación teológica, incluyendo las vidas de Francisco de Asís y Tomás de Aquino.
Recibió grados honoris causa de las universidades de Edinburgh, Dublín y Notre Dame.
En 1934 fue hecho Caballero de la Orden de San Gregorio el Grande.
Murió el 14 de junio de 1936 en su casa en Beaconsfield.
Aunque al principio su filosofía fue liberal, acabó siendo un conservador y fundó un diario para exponer sus opiniones con su amigo el escritor Hilaire Belloc, también conservador.
El estilo brillante, vigoroso y agudo de Chesterton le hizo muy famoso. Si bien no se convirtió al catolicismo hasta 1922, casi todas sus obras lo defienden, al igual que la ortodoxia en general.
Entre sus obras más importantes se encuentran estudios teológicos, polémicas y libros de poesía, pero en la actualidad su fama se debe a sus novelas El Napoleón de Notting Hill, fantasía política que refleja su disgusto por el mundo mecanizado moderno y ensalza un mundo preindustrial anterior, El hombre que fue Jueves (1908), una alegoría ingeniosa, y por una serie de relatos que narran las aventuras detectivescas del afable y católico padre Brown, quien apareció en 50 historias.
También escribió ensayos sobre Dickens, Blake, Robert Browning, Chaucer y George Bernard Shaw.
Entre 1900 y 1936 Chesterton publicó unos 100 libros.
El formidable ensayo de G. K. Chesterton sobre William Blake —que ocupa la primera mitad de este libro— es una pieza crítica clave de la literatura del siglo xx: el autor de El hombre que fue jueves repasa allí, con inimitable agudeza y originalidad, la vida y la dilatada obra pictórica y poética del genial artista inglés, a la vez que nos propone una discusión en torno al arte de la biografía, a la historia religiosa y mágica de Occidente, y a las relaciones entre temperamento artístico, locura y mística, todo ello sin dejar de revelarse, a cada paso, como un luminoso humorista, un heterodoxo moralista y un maestro del aforismo. Junto a ese ensayo, el libro reúne una serie de comentarios biográficos sobre otros personajes cuya vivisección a manos de Chesterton sólo podía producir pequeñas obras maestras: Lord Byron, Charlotte Brontë, William Morris, Robert Louis Stevenson, Francisco de Asís, Girolamo Savonarola y Lev Tolstói. En su mayoría, los textos nacieron como reseñas de libros que el propio escritor contribuyó a olvidar, erigiéndose, como era su costumbre, en un juez extraordinariamente lúcido —y también insólitamente divertido— de lo bueno y de lo superior. Estas páginas son una. muestra del mejor Chesterton, un autor al que el paso de los años sólo ha conseguido engrandecer, confirmando lo que Jorge Luis Borges anotó sobre él: `Pienso que Chesterton es uno de los primeros escritores de nuestro tiempo`.
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