Friday, April 13, 2012

ALDOUS HUXLEY Y LAS DROGAS. (Ensayo: LAS PUERTAS DE LA PERCEPCIÓN).



ALDOUS HUXLEY.
Novelista, ensayista, crítico y poeta inglés, nieto de Thomas y hermano de Julian. Nació en Godalming, Surrey, y estudió en las universidades de Eton y de Oxford. Trabajó en varios periódicos y publicó cuatro libros de poesía antes de la aparición de su primera novela, Los escándalos de Crome (1921). Las novelas Heno antiguo (1923) y Contrapunto (1928), que ilustran el clima nihilista de la década de 1920, y Un mundo feliz (1932), una visión 

deshumanizada y utópica del futuro, le hicieron famoso. Durante gran parte de esta época vivió en Italia y Francia. En 1937 emigró a Estados Unidos. Entre sus más de 45 libros destacan los de ensayo, Un Pilatos burlón (1926), Mañana y mañana y mañana (1956), Nueva visita a un mundo feliz (1958) y Literatura y ciencia (1963). Otras novelas son Ciego en Gaza (1936), Viejo muere el cisne (1939), Mono y esencia (1948) y La isla (1962). Huxley también escribió crítica científica, filosófica y social, con obras importantes como El arte de ver (1932), La filosofía perenne (1946) y Los demonios de Loudon (1952). Se interesó mucho por el misticismo y la parapsicología. Las puertas de la percepción (1954) y su continuación, Cielo e infierno (1956), tratan de sus experiencias con drogas alucinógenas.
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t/2/8012.jpgRESEÑA:
Ensayo histórico ESCRITO EN 1950 que abrió el interés en las experiencias enteogénicas en occidente. Basado en la primera experiencia del autor con mescalina, el libro consta de dos partes. En la primera, además de una breve introducción al cactus del peyote y otras sustancias visionarias, Huxley hace un recuento de su experiencia visionaria con la mescalina, sus implicaciones filosóficas, estéticas y místicas, y subraya la importancia que estas plantas han tenido para la humanidad. La segunda parte es un ensayo más introspectivo sobre el otro mundo, el mundo del inconsciente humano, iluminado por las desvelaciones aportadas por los psiquedélicos. A destacar, también, los ocho apéndices de que dispone el libro, que no son otra cosa que pequeños apuntes que Huxley iba trazando tras la publicación inicial del libro, así, en ellos pueden leerse comentarios sobre los estados visionarios inducidos por el anhídrido carbónico o la lámpara estroboscópica, observaciones sobre la desnutrición en antigüedad como fuente de experiencias visionarias, o lo majestuoso en el arte como imitación y recordatorio de los estados visionarios de la mente. También aparecen algunas observaciones sobre el estado mental de los esquizofrénicos, comparándolos con un intento endógeno de lanzar un proceso similar al que posibilitan los psiquedélicos.

Volviendo al inicio de la reseña, y a la importancia de este texto dentro del mundo de la psiquedélia, decir que en realidad este no fue el primer ensayo que trató el tema de las plantas visionarias, pero sí el primero que, junto con un ensayo de Jünger, apostó decididamente por la importancia de los estados visionarios de la mente en relación a la cultura humana, y sobretodo, a lo que podían aportar en un futuro a la cultura occidental, ciegamente esperanzada en la promesa de la Razón.

Si bien este ensayo no pasó directamente a manos del gran público -Huxley contaba con un público lector medianamente culto-, sí que lo hizo años más tarde de su publicación, después de que Leary lanzara a los cuatro vientos la buenanueva de la religión psiquedélica tras descubrir los escritos de Wasson. En ese momento, Las puertas de la percepción, pasó de ser un libro leído en un generoso pero limitado grupo de personas, a ser una especie de pequeño manual del movimiento hippy, que juntamente con el On the road de Kerouak, se lanzó a Oriente en busca de la sabiduría desvelada por los psiquedélicos.Un libro que nos muestra como nos afectan las drogas al cerebro, me imagino que un libro obligatorio de la psicologia. Un ensayo bien escrito que nos narra la experiencia arriesgada de los efectos de la mescalina, una droga natural muy potente usada por los chamanes principalmente en Mejico que les servia para acercarse espiritualmente a/los dios/es, un viaje a través del subconsciente que te acerca a otros niveles espirituales.En teoria esta droga te hace enfrentarte a todos tus miedos, tus demonios, tus paraisos personlaes...aunque no creo q haga falta recurrir a una droga para eso, al menos por lo que a mi opinión respecta. El autor se atreve con el experimento controlado por un experto e ingiere la sustancia para luego describir sus experiencias sobre el papel. Me gustó bastante aunque literalmente no es una obra para disfrutar, es más la anécdota..

Para terminar sólo apuntar el origen del título del libro, que se encuentra en los versos del famoso poeta visionario inglés del siglo XVIII: William Blake:

Si las puertas de la percepción se abrieran
todo aparecería al ser humano tal y como es: infinito.
Dado que el hombre se ha limitado a sí mismo, divisando
las cosas a través de las estrechas rendijas de su propia caverna.

Las bodas del cielo y el infierno

De las puertas de la percepción, transcribo el inicio de este interesante libro.

Si las puertas de la percepción quedaran depuradas,
todo se habría de mostrar al hombre tal cual es: infinito.
William Blake
 
 
"Fue en 1886 cuando el farmacólogo alemán Ludwig Lewin publicó el primer estudio sistemático del cacto, al que se dio luego el nombre, del propio investigador, Anhalonium Lewini, nuevo para la ciencia. Para la religión primitiva y los indios de México y del Sudoeste de los Estados Unidos, era un amigo de tiempo inmemorial. Era, en realidad, mucho mas que un amigo. Según uno de los primeros visitantes españoles del Nuevo Mundo, esos indios "comen una raíz que llaman Peyotl y a la que veneran como a una deidad".
La razón de que la veneraran como a una deidad quedó de manifiesto cuando psicólogos tan eminentes como Jaensch, Havelock Ellis y Weir Mitchell iniciaron sus experimentos con la mescalina, el principio activo del peyotI. Cierto es que se detuvieron mucho antes de llegar a la idolatría, pero todos ellos coincidieron en asignar a la mescalina un puesto entre las drogas más distinguidas. Administrada en dosis adecuadas, cambiaba la cualidad de la conciencia más profundamente -siendo al mismo tiempo menos tóxica- que cualquier otra sustancia del repertorio de la farmacología
La investigación sobre la mescalina ha continuado de modo intermitente desde los días de Lewin y Havelock Ellis. Los químicos no se han limitado a aislar el alcaloide; han aprendido también a sintetizarlo, en forma que las existencias no dependan ya de las dispersas e intermitentes entregas de un cacto del desierto. Los alienistas se han dosificado a si mismos con mescalina, movidos por la esperanza de llegar así a una comprensión mejor, una comprension directa, de los procesos mentales de sus pacientes. Aunque trabajando por desgracia con muy pocos sujetos y en una muy limitada variedad de circunstancias, los psicólogos han observado y catalogado algunos de los más notables efectos de la droga. Neurólogos y fisiólogos han averiguado algo acerca de cómo actúa sobre el sistema nervioso central. Y un filósofo profesional por la menos ha tomado mescalína para ver qué luz arroja sobre ciertos viejos enigmas no resueltos, como el lugar de la inteligencia en la naturaleza y la relación entre el cerebro y la conciencia".

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