Monday, February 6, 2012

NOVELA NEGRA


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Estamos en una cafetería del centro de Madrid. Carlos Zanón no lo sabe, pero lo sospecha. Piensa que esto es una entrevista; pero lo estamos interrogando. 

Queremos descubrir su secreto. ¿Cómo demonios un escritor, que antes era poeta y crítico literario, se ha convertido, según la crítica, en el autor revelación de la novela negrade nuestro país y relevo generacional de Manuel Vázquez Montalbán o Lorenzo Silva? 

En estos días, Zanón estará en Barcelona Negra, evento literario en el que comparte cartel con autores ingleses como Jake Arnott, David Peace y Anne Perry o los nórdicos Inger Wolf, Jussi Adler-Olsen o Gunnar Sataalesen y los estadounidenses Jeffery Deaver y Karin Slaugther, entre otros. 

Cuando Carlos Zanón recibe la pregunta, como un guantazo -¿autor revelación?-, deja el café sobre la mesa y sonríe, casi cansado de la misma respuesta. Luego nos habla de su novela. 

Así es como le seguimos la pista a su secreto. Hacemos una lista en negritas, como el detective que anota los detalles de un crimen. Queremos entender el móvil, su éxito, las buenas críticas. 

Novela sin policías  
Su segunda novela No llames a casa (RBA, 2012) no cuenta con detectives; y el asesinato sucede al final, en un desenlace estremecedor: bang. 

Quizás ese sea un rasgo de su literaturaNovela negra sin agentes de la ley. Novelas de personaje que viven en la misería, trapichean y siempre pierden. Viven en un territorio novelesco, la Barcelona oculta que no vistan los turistas y cuyos habitantes pudientes siempre esconden trapos sucios bajo las alfombras. 

Historia de perdedores 
No en vano, Zanón nos cuenta que No llames a casa narra la historia de tres personajesbuscavidas. Son Bruno, su novia, Raquel, y el hermanastro de ella, Cristian. Ellos se parapetan frente a las casas de citas y hoteles, anotan las matrículas de los coches de los adúlteros burgueses y luego los extorsionan. De eso viven, del chantaje. 

“De los tres protagonistas, a mí, Raquel me gusta mucho. Es una extoxicómana, que espera un trasplante de hígado y vivía en cajeros automáticos. Ahora, lleva en un cuaderno la contabilidad de los chantajes. Es el personaje perdedor que sabe que no va a volver a ganar”, nos confiesa Zanón. 

Un arranque potente 
Mientras sorbe el café caliente, hacemos de poli bueno y le decimos que no hay trama novelesca que se precie sin un arranque potente. Ya lo hemos leído, pero Zanón lo recita en voz alta. Son las dos primeras frases de No llames a casa

La gente que olvida mal suele hacerse daño. Porque los que olvidan mal se dicen la verdad con mentiras, extravían nombres, esconden personas y lugares y acaban por recordar solo lo bueno.

“Al lector tienes que cogerle desde el principio por los huevos. Siempre recuerdo las novelas que me gustan por sus comienzos. Creo en la fuerza de las primeras frases”, nos dice Zanón. 

Novela social 
Seguimos indagando. Buscamos su territorio narrativo. Zanón insite en que la novela negra es un género que propicia la crítica social sin caer en el manifiesto político. Por ello, acevera que sus libros cuentan con este factor, aunque para él no sea determinante.  

“No creo que los pobres sean mejores o peores que los ricos, sino que, simplemente, son pobres. Me molesta el punto maniqueo de los libros. Yo tampoco tengo respuesta para muchas cosas”, añade. 

Influencias trasversales 
Es entonces cuando le preguntamos por sus influencias. Y nos habla de la trasversalidad.Una novela no se escribe sólo con lecturas, nos dice. Un libro son influencias musicales –una cita de Lou Reed abre el libro- y también del cine –sus historias son como las que filman los hermanos Cohen-. 

“De escritores, hay una influencia clara de John Updike, de cómo trata las tramas sentimentales. ¿Autores de novela negra? Julián Ibáñez o Juan Marsé son algunos de mis referentes”, apostilla. 

Adaptación al cine 
Las buenas críticas por sus novelas también llegaron a oídos del mundo del cine. La adaptación de su obra literaria puede relanzarlo aún más como escritor. 

A Daniel Calparsoro le gustó mucho la novela. Me pidió el original antes de que se publicara. El proyecto de No llames a casa ahora está en fase de guión. Él ve la película como una comedia negra, algo que me alegra, porque es otro punto de vista diferente a lo que realmente es el libro”, asegura Zanón. 

Cuando el café de Carlos Zanón yace vacío y frío sobre la mesa, como un muerto, el autor se ve forzado a contestarnos por fin a la pregunta inicial. ¿Cómo se convierte uno en autor revelación de novela negra? 

Sonríe, como al principio de este interrogatorio. Y, luego, nos espeta, con una modesta negativa. Responde, eso sí, igual que todos los presos cuando les preguntan en la cárcel por qué demonios están allí. 

Todos dicen que son inocentes. 

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